Dividendo Social | Tendencias en RSC
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Tendencias en RSC

Dividendo Social ha tenido el privilegio de colaborar, con Diputación de Granada y Territorios Responsables, en la organización de la jornada “Hacia un modelo de territorios sostenibles. La RSC como palanca de cambio”, celebrada en el Ayuntamiento de Guadix (Granada). Más de 50 personas se dieron cita en un encuentro en el que expertos y profesionales de diferentes ámbitos de gestión debatieron sobre la importancia de la responsabilidad social corporativa y el desarrollo sostenible, en la senda de la sostenibilidad marcada por la Agenda 2030 de Naciones Unidas y sus 17 objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En la jornada que representa ya el debut para el equipo de Dividendo Social -con la periodista Mamen Sánchez, como maestra de ceremonias, y nuestra CEO, Raquel Paiz, periodista especializada en RSC y sostenibilidad, como moderadora del panel de buenas prácticas- estuvieron presentes organizaciones como Asociación San José en favor de personas con discapacidad intelectual, el Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Granada (CICODE), Bankia¸ el Hospital Real de Guadix, la Territorios Responsables de Diputación de Granada, y el Ayuntamiento de Guadix.

Ponencias marco, disertaciones y un panel de buenas prácticas, como punto de partida para reflexionar sobre las nuevas tendencias en el ámbito de la Responsabilidad Social, tomando como punto de partida la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sobre la importancia de gestión de aspectos relacionados con la responsabilidad social corporativa en todos los ámbitos organizativos, como elemento estratégico y con un alto valor competitivo, que contribuye, además, a asentar las bases de un modelo de sociedad más justo, igualitario y comprometido con la sociedad, la comunidad y el medioambiente.

  • Javier Ordóñez, subdirector del CICODE de la Universidad de Granada, ofreció una interesante ponencia marco, centrada en la agenda 2030, y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), desde el punto de vista de los territorios sostenibles.
  • Con Jorge López y David Fernández, de Diputación de Granada, conocimos el intenso trabajo de Diputación de Granada, para alcanzar un modelo de territorios sostenibles e inteligentes, y el contenido de la guía de buenas prácticas sobre Smart City para pequeñas y medianos municipios, editada por la Red Granadina de Municipios hacia la Sostenibilidad de la Diputación granadina.
  • En el panel de buenas prácticas, moderado por nuestra CEO, la periodista experta en RSC y sostenibilidad, Raquel Paiz, se dieron a conocer las actuaciones llevadas a cabo por distintas organizaciones como Bankia, que explicó su modelo de gestión responsable en el modelo financiero; el Centro Cultural Abierto Hospital Real de Guadix y la recuperación sostenible del patrimonio y la asociación San José de Guadix, entidad sin ánimo de lucro, que ha integrado la RSC en su plan estratégico.

Si estás pensando organizar unas jornadas, encuentros, talleres formativos, charlas, ponencias sobre RSC y/o Desarrollo Sostenible, te ayudamos.

¿Hablamos?

Galería de fotos ©Dividendo Social

 

 

Diecisiete son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 sus metas, refrendados por 193 países en septiembre de 2015. Son la nueva hoja de ruta de y hacia la sostenibilidad marcada por Naciones Unidas. 17 objetivos y un único fin: la sostenibilidad. Pero… ¿por qué hablamos de sostenibilidad en pleno siglo XXI? ¿Por qué 17 objetivos que proponen un mundo sin pobreza, sin hambre… un mundo que vele para por la sostenibilidad planetaria, la salud y el bienestar, la educación de calidad, de igualdad de género, de agua para el desarrollo sostenible, de diversidad en los ecosistemas, de trabajo decente, ciudades sostenibles y resilientes? ¿Por qué este llamamiento a que los agentes sociales –públicos, privados y sin ánimo de lucro- entren en acción? ¿Por qué hay que dejar atrás las meras declaraciones de intenciones? ¿Por qué en un marco de alianzas? ¿Por qué la necesidad de implementar estrategias de Responsabilidad Social (RSC) como herramientas para la consecución de los ODS?

La respuesta está meridianamente clara. Ninguna empresa ni organización, tal y como adelantamos en el post “Objetivos de Desarrollo Sostenible: ODS, el único futuro posible”, puede prosperar a menos que las personas y el planeta prosperen. Y este punto de partida incluye asegurar que el mundo está dispuesto a aceptar que el modelo productivo anterior ha resultado, a todas luces, injusto, ineficaz e ineficiente. Si algo nos queda de la crisis son las lecciones aprendidas. Y esto requiere asegurar, como leemos en la “Guía para el liderazgo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Un enfoque basado en principios”, que el mundo esté en camino de poder cumplir con los 17 ODS. “La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción para las personas, el planeta y la prosperidad”. Garantizar el cumplimiento de los ODS es crucial para que en un futuro no tan lejano, que hemos de empezar a escribir hoy, hablemos en términos de sostenibilidad, gobernanza, justicia, transparencia y ética.

 ODS, medición y comunicación

“Sin embargo –tal y como se afirma en el monográfico de la Red Española de Pacto Mundial, “ODS, Año 3. Una alianza global para la Agenda 2030”- tres años después de que los 193 miembros de Naciones Unidas aprobaran la Agenda 2030 entre numerosos aplausos, debemos mostrar acción e impacto a mayor escala. Para lograr el impulso necesario y el cambio exponencial requerido para la consecución de los ODS, es evidente que necesitaremos encontrar formas más eficientes de medir y gestionar el progreso en cada una de las metas a fin de garantizar que nuestra ambición común se corresponde con el impacto requerido. Serán necesarias también mejores fórmulas de comunicación por parte de las empresas, especialmente en relación a los impactos sociales y a las actividades en la cadena de suministro. Son enormes desafíos, pero, por primera vez, tenemos un marco que nos permite unirnos en acciones conjuntas para lograr el mundo que todos queremos. Si trabajamos juntos, en alianza, podremos lograrlo…” (Pacto Mundial, 2018)

Es evidente, pues, que todos, en un maridaje perfecto -gobierno-ciudadanía-empresa-tercer sector- estamos llamados por igual a desarrollar un papel significativo de cara a la consecución de estas aspiraciones que, ahora sí, nos permitirán hablar de un mundo global y globalizado, con toda la grandeza de la expresión, y todas sus consecuencias.

En Dividendo Social, lo tenemos claro. Apenas tres años después de la histórica aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, creemos poder afirmar que estamos ante uno de los retos más necesarios para la sociedad del siglo XXI, y, contradictoriamente, ante los grandes desconocidos por la ciudadanía, por la empresa y por las organizaciones del tercer sector, sin las que es imposible avanzar hacia un mundo más justo, solidario y equitativo.

Naciones Unidas alienta un marco de alianzas entre los agentes sociales, y apremia ahora que el sector empresarial y privado entienda también su papel y la necesidad de ponerse en acción e implicarse con unos objetivos y unas metas que son de todos. Y que su papel, como agente del cambio, como motor de la economía e innovación, requiere soluciones e implicaciones creativas para promover las semillas de un nuevo modelo productivo, en el que “no todo vale”.

Agenda 2030, oportunidad de negocio

Pero hablar en términos de ODS y RSC es hablar también de nuevas oportunidades de negocio y de mercado para las empresas y organizaciones que hacen de la gestión de la responsabilidad social corporativa, responsabilidad social competitiva.

¿Cómo implicar al sector privado en la consecución de los ODS? Urge, entre otros:

  • Integración y gestión de principios de RSC
  • Estrategias de comunicación para poner en valor el camino emprendido hacia la sostenibilidad
  • Información a los grupos de interés (stakeholders) externos e internos sobre el alcance de las medidas y las decisiones
  • Involucrar a toda la cadena de valor y de aprovisionamiento
  • Planes de incentivación, concienciación, y sensibilización por parte de las Administraciones centrales y locales

 

Y, sobre todo, hace falta Valor con Valores, para dar el salto definitivo hacia la sostenibilidad.

Dividendo Social te ayuda a asentar las bases para una estrategia de gestión de RSC en la senda de la sostenibilidad y la Agenda 2030 (ODS) y a poner en valor con estrategias de comunicación, el valor de tus acciones.

 

A día de hoy, son cada vez más las líneas de emprendimiento que integran la sostenibilidad, la ecología y los principios socialmente responsables (RSE), como modelo de negocio. Organizaciones que trazan su hoja de ruta, pensando en la obtención de resultados a medio y largo plazo; que asocian el valor del compromiso social y medioambiental al valor de las marcas, como elemento crucial de diferenciación y posicionamiento en el mercado. Novedosas propuestas de negocio que promueven criterios de responsabilidad social corporativa (RSC), como responsabilidad social competitiva. Que formulan sus planes y modelos de negocio, en definitiva, en clave de sostenibilidad y economía circular.

Publicaciones como Expansión y Emprendedores valoran ya la sostenibilidad, la ecología y la “ecoinnovación” como factores de diferenciación y competitividad asociados a las marcas. “El cuidado del medio ambiente y el aprovechamiento de las energías no es sólo una filosofía de vida para colectivos muy concretos como los ecologistas. Cada vez cobra más importancia en todos los ámbitos de la sociedad y también son una alternativa de negocio”, leíamos ya en 2012, en el diario Expansión.

Superado, al fin, el viejo debate sobre lo pasajero –o no- de la RSC y una gestión social y medioambientalmente responsable, son cada vez más organizaciones que asumen el reto y que plantean estrategias con un alto componente de compromiso social y medioambiental. Empresas que, como Dividendo Social, plantean la sostenibilidad empresarial y organizativa como un fin en sí misma. Marcas capaces de influir en el entorno y que se encuentran ante el reto de convertirse en armas letales o en grandes constructoras del futuro, parafraseando a Albert Bosch en el prólogo del libro “Responsabilidad Social Competitiva”.

Cada cual encontrará sus propias razones para explorar la sostenibilidad, la RSC y la ecología como fórmula de negocio y ecoinnovación, pero todas ellas, tienen algo en común:

  • Que identifican y acceden a nuevos nichos de mercados, a través de la concepción y puesta en marcha de nuevos productos y servicios innovadores. Marcas a las que se les abre todo un universo de posibilidades para relacionarse con los mercados, bajo criterios de innovación, proximidad, respeto y sostenibilidad.
  • Que conectan de forma privilegiada con un consumidor que se ocupa, se preocupa y valora de forma creciente los valores de las marcas que consumen y la gestión integrada de la Responsabilidad Social de las empresas que consideran relevantes a la hora tomar sus decisiones de compra y/o consumo.
  • La necesidad de anticiparse al marco normativo, como la nueva ley de contratación pública, a la que nos referíamos en post anterior, y que premia, en sus valoraciones, la integración de principios social y medioambientalmente responsables, en procesos de licitación pública.
  • Posicionarse como ventaja competitiva frente al marco legislativo en desarrollo como la futura ley del cambio climático y transición energética.
  • La previsión y gestión del riesgo, que asegura una visión a medio y largo plazo; un buen rendimiento social y medioambiental. Que asegura, en definitiva, la anticipación.
  • Que acceden al mercado de financiación e inversión, con nuevos inversores que premian las buenas prácticas, como modelo de negocio, competitividad y diferenciación.
  • Que conciben medidas de ahorro y eficiencia energética, que piensan en términos de economía circular; y que gracias a la gestión eficiente y consciente de los recursos, minimizan su impacto ambiental e inciden en la cuenta de resultados, con un menor coste en su desempeño.

 

Casos de éxito

Dividendo Social asistió al Día de la Persona Emprendedora de Andalucía 2018, organizado por Andalucía Emprende, Fundación Pública Andaluza. Tuvimos ocasión de comprobar cómo el talento emprendedor andaluz incorpora, cada vez más, criterios ecológicos y sostenibles como nuevas y novedosas fórmulas de negocio.

Es el caso de Biodiverxa, con el Food Track (cocina sobre ruedas) “MásqCandela”, que basa su modelo de negocio, restauración y oferta gastronómica, en la ecología y la sostenibilidad, y que conciben no solo para la variada oferta culinaria que incluyen en su carta, sino como forma de entender y gestionar su propia marca.

“Nuestros productos y procesos están diseñados desde la base para tener el menor impacto medioambiental posible, pero además para añadir valor al entorno. Por eso, nuestra labor de investigación culinaria y desarrollo de productos se basa en buscar aquellos ingredientes que, por su naturaleza, añaden riqueza al suelo, como hacen las legumbres, que fijan nitrógeno y ayudan a la regeneración de la tierra que los cultiva. También desarrollamos técnicas de elaboración que reduzcan el uso de agua y que tengan el packaging justo y algo menos. A ser posible, compostable (que implica ahorro energético, en la medida en que no necesita energía para el proceso de reciclado, que depende únicamente del solo como fuente energética).

La sostenibilidad económica es también una obligación de las empresas. La nuestra también lo contempla. Cuando aumenta la demanda de productos compostables, se reduce el coste. Cuanto más hablamos a otras empresas sobre cuidar estos detalles, más extendemos la red de demanda. Aplicamos el mismo concepto en la búsqueda de elementos y materias primas. Buscamos crear cadenas de confianza con productores de cercanía para poder seguir de cerca el impacto de nuestra actividad comercial y para tener redes de provisiones cercanas, que trasladar la materia prima cueste poco al medioambiente”. “Incorporar estos valores en la restauración se puede hacer de tal manera que aún sea rentable y que además se convierta en seña de identidad del lugar. Nuestro trabajo más cercano y visible es el que hacemos con nuestra cocina sobre ruedas, Más que candela

Más que candela, en Facebook @Soulfoodsobreruedasbiodiversidadculinaria y @biodiverxa, en Twitter, es nuestra embajadora al mundo, la prueba de que aplicar estos valores y actuar desde la responsabilidad produce resultados de calidad, elegantes, ricos, divertidos, accesibles, que añaden al bienestar de nuestro entorno, pero sobre todo al de nuestros cuerpos. En la gastronomía tenemos una obligación al producto, al sabor, a la cultura culinaria, pero sobre todas esas cosas, la obligación de alimentar nuestros cuerpos de forma saludable y beneficiosa. Somos parte de la salud de nuestra comunidad, agentes activos del bienestar individual y social”.

Si estás pensando iniciar un proyecto emprendedor ecológico y sostenible, Dividendo Social te ayuda y a poner en valor acciones comprometidas con principios social y medioambientalmente responsables. Te ayudamos a anticiparte al marco normativo y legislativo. Te ayudamos a gestionar social, medioambiental y competitivamente la RSC como elemento diferenciador y competitivo. ¿Hablamos?

Si tu empresa u organización, con independencia de su tamaño, licita en procesos de contratación de la Administración Pública, te interesará seguir leyendo este post. Y es que, desde el pasado mes de marzo, la gestión social y medioambientalmente responsable (RSC) puntúa en los procesos de licitación de la Administración Pública. La Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, otorga un peso específico a la RSC, y la gestión de aspectos sociales y medioambientales, en la cadena de valor y de aprovisionamiento.

En nuestro post anterior, avanzamos algunas de las razones por la que tu organización debe integrar la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como valor estratégico de competitividad y diferenciación. Por su incidencia, no solo en la sociedad y en el medioambiente sino por su vinculación directa con la cuenta de resultados. Hablamos también de un aspecto de voluntariedad, que viene cediendo terreno a la obligatoriedad. Ahora, de manos de las entidades públicas que, mediante la nueva ley de contratación pública, incluyen en los pliegos de contratación, el que podríamos denominar “clausulado social” y “clausulado medioambiental”, directamente relacionado con la gestión de la RSE.

RSC, clave en la puntuación

Además de los criterios calidad-precio y coste-eficacia, con la nueva la Ley 9/2017, de Contratos del Sector Público, las administraciones públicas valorarán positivamente aspectos cualitativos, y tomarán en cuenta la gestión de aspectos sociales, medioambientales y de innovación.

Relacionados con el medioambiente:

  • Reducción del nivel de emisión de gases de efecto invernadero.
  • Empleo de medidas de ahorro y eficiencia energética.
  • Utilización de energía procedente de fuentes renovables durante la ejecución del contrato.
  • Mantenimiento o mejora de los recursos naturales.

Relacionados con la sociedad, la diversidad y el género:

  • Impulso a la integración social e inserción socio-laboral de personas con discapacidad, personas desfavorecidas o miembros de grupos vulnerables entre las personas asignadas a la ejecución del contrato.
  • Planes de igualdad de género.
  • Fomento de la contratación femenina.
  • Conciliación de la vida laboral, personal y familiar.
  • Mejora de las condiciones laborales y salariales.
  • Estabilidad y seguridad en el empleo.
  • Formación y protección de la salud y la seguridad en el trabajo.

Razones excluyentes y de obligado cumplimiento

Y atención, porque además de las consideraciones positivas que puntúan o desempatan en procesos de licitación, la ley incluye las denominadas condiciones especiales de ejecución de contrato que pueden ser de carácter económico, de innovación, social, ético o medioambiental. Se trata de cláusulas de obligado cumplimiento de la que cada administración incorporará al menos una de todas ellas en cada pliego. Y que son de obligado cumplimiento no solo para la empresa adjudicataria, sino para todos los subcontratistas implicados en el proceso de ejecución.

La norma incluye también criterios excluyentes relacionados con:

  • Ofertas con precios que no cubran los costes salariales establecidos en los convenios colectivos sectoriales; o el incumplimiento o retraso reiterado de pagos de salarios.
  • Las que sean tan anormalmente bajas que se presuman inviables.
  • Vulneración de la Ley general de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, y que obliga a que, al menos el 2% de los empleados de las empresas de 50 o más trabajadores tenga reconocida una discapacidad.

En conclusión…

En definitiva, la gestión de la RSC ha dejado de ser opcional para empresas y organizaciones que contratan con la administración pública. En los procesos de licitación, se ha convertido en una obligación integrar políticas de RSC, a fin de no disminuir el nivel de competitividad en los baremos de puntuación frente a otros licitantes y aumentar las garantías de éxito en la obtención de los proyectos y contratos por parte del licitador, incluso para el caso de contratos menores.

Desde Dividendo Social, ayudamos a las organizaciones y empresas en la integración gradual, la consolidación, la comunicación, el reporte ante organismos o las certificaciones en materia de responsabilidad social corporativa con el objetivo de mejorar su competitividad y el impacto en la sociedad, haciendo crecer su valor con valores. ¿Hablamos?

 

 

 

 

Partamos de una evidencia. Ninguna empresa ni organización puede prosperar a menos que las personas y el planeta prosperen. Y este punto de partida incluye asegurar que el mundo está dispuesto a aceptar que el modelo productivo anterior ha resultado, a todas luces, injusto, ineficaz e ineficiente. Si algo nos queda de la crisis son las lecciones aprendidas.

 

Asumir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS, herederos de los anteriores Objetivos del Milenio, como nueva y única ruta de la sostenibilidad, es caminar en el buen sentido. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con 17 objetivos claros y definidos, con 169 metas universales, representan la oportunidad para que las personas, el Planeta y las organizaciones dirijan sus pasos en un mismo sentido. Y es que, si no garantizamos un futuro viable desde el presente, de nada servirá ningún otro tipo de esfuerzo futuro.

 

ODS, nuevos retos para la empresa

Los ODS representan la oportunidad única de crecer y producir sin poner en riesgo la mismísima viabilidad del entorno ni el futuro de las generaciones presentes ni de las que están por llegar.

¿Acaso pueden las organizaciones prosperar en un mundo de pobreza, desigualdad, conflicto, inestabilidad y estrés ambiental? Obviamente, no.

Contribuir, pues, a la consecución de los ODS y sus respectivas metas, es contribuir a la propia sostenibilidad y viabilidad de la organización, cualquiera que sea su naturaleza.

 

ODS, nuevo plan de acción impulsado por el Gobierno

Hasta ahora, sin embargo, los ODS han sido la gran asignatura pendiente de España. Los grandes desconocidos. Sin embargo, desde esta misma semana, julio de 2018, las organizaciones cuentan con un nuevo Plan de Acción, impulsado por el Gobierno, que hace suya la estrategia de Desarrollo Sostenible como única estrategia posible.

Un Plan de Acción y Transición, que alude a la necesidad de implantar urgentemente la Agenda 2030 de Naciones Unidas en nuestro país. Un Plan que impulsa y sugiere “de forma inmediata nuevas políticas, medidas, Gobernanza y métodos de trabajo y conducirá, como uno de sus principales resultados, a la adopción de una Estrategia de Desarrollo Sostenible 2020 – 2030, que represente un proyecto de país compartido ampliamente y desde una visión de Estado. Una estrategia cuya elaboración, deliberación y negociación debe arrancar de forma inmediata y que debe abordarse, necesariamente, de forma reflexiva y sosegada”.

 

ODS y la Responsabilidad Social (RSC)

Y es que el Planeta no puede aguardar más. La gestión socialmente responsable de la empresa y de la organización, la integración de los principios de RSC como base de gestión estratégica y de negocio, representa una verdadera salvaguarda tanto de la propia viabilidad empresarial, y un salvoconducto para identificar nuevas oportunidades y nichos de negocio. La identificación del riesgo representa una incuestionable oportunidad de negocio.

Y a modo de conclusión, una cita de Albert Bosch, a propósito de la competitividad de la RSC: “Ser social y medioambientalmente responsable no tiene que suponer mayor coste, sino que puede y debe convertirse en un factor clave para el mejor rendimiento y el futuro de la empresa. Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido tantas posibilidades de influir en el mundo, pero este enorme poder puede convertirnos en armas letales o en constructores de un gran futuro. Todas las personas y todas las organizaciones tienen gran capacidad de impacto en la sociedad y en el medioambiente, pero seguramente las empresas, por el ritmo y alcance de su actividad, pueden causar efectos muchos más potentes. Las empresas son quizá el principal agente de cambio para diseñar y crear una sociedad más equilibrada y globalmente feliz en el futuro, pero para ello tienen que decidir si quieren ser parte del problema o parte de la solución.”

Dividendo Social –y el solo nombre es una declaración de principios- nace del arrojo y el convencimiento de sus fundadoras, dos mujeres con más de dos décadas de experiencia y capacitación académica en Comunicación, RSE y Transformación Digital Responsable. Dos décadas de experiencias profesionales en diferentes campos que, pudiendo parecer distantes no lo son.

Comunicación sostenible, Responsabilidad Social Corporativa e Inteligencia Social. Especialidades que constituyen el núcleo estratégico de negocio y actividad de Dividendo Social, la que hemos venido a denominar consultoría boutique.

 

Es el momento de dar un salto de valor.

De Valor con Valores, nace Dividendo Social. Para ayudar a las organizaciones a implementar principios y políticas de RSC en sus planes estratégicos, para alinear su estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); para medir el impacto de la inversión social (SROI); para comunicar y reportar ante una sociedad cada vez más exigente e informada sobre el modo en que se obtienen resultados y se crea valor; porque la inteligencia socialmente responsable identifica nuevas oportunidades, a la par que contribuye a mitigar y gestionar el riesgo. Por todo esto y mucho más, nace Dividendo Social. Para ayudar a la organización a crear Valor con Valores.

 

Origen Dividendo Social

Más o menos desde el año 2005, en que, en el seno de una entidad financiera, empezamos a asentar las bases de un nuevo modelo de gestión y reporte, que integrara los principios de RSC, venimos oyendo hablar de que, hoy por hoy –y de esto, hace ya 13 años- no es necesario gestionar ni comunicar cuestiones relativas a una la responsabilidad social empresarial (RSE), a la ética ni a la transparencia. Que son muchas las organizaciones que huyen de una puesta en valor de sus políticas responsables porque las grandes corporaciones se han apropiado de un discurso más estético que ético. Que son muchas las organizaciones que comunican acciones que más tienen que ver con la filantropía, el marketing con causa y el greenwashing, con fines menos nobles, tras el que esconden un lavado de conciencias.

Que son muchas las organizaciones del tercer sector y la economía social que ni reportan ni comunican ni gestionan en virtud de una estrategia que integre principios de sostenibilidad porque, en su ADN, en su esencia y en su naturaleza fundacional, encontramos los principios de RSC, per se. Porque sí.

Por esto y mucho más nace Dividendo Social. Y porque queremos contribuir a transformar el modelo productivo. A crear valor con valores para las marcas y las organizaciones.

Porque queremos innovar en los modelos de reporte, incorporando un nuevo CMI, que considere misión, visión y valores organizativos. Porque queremos ayudar a las organizaciones a alinear su estrategia con los ODS, pensando en local e incidiendo en lo global. Porque queremos ayudar a la organización y al mundo empresarial a comunicar y poner en valor sus acciones. Porque, más allá de emprender una estrategia solo de marca y reputación, queremos ayudar a las organizaciones a crear valor para la sociedad y el entorno.