05 Jun 5 de junio, algo más que «medio» ambiente
Como cada 5 de junio, hoy se conmemora el día internacional del Medio Ambiente, con poco que celebrar. Muy poco, si me apuran.
El, para mí, erróneamente llamado día del «medio» ambiente, este año, nos recuerda la importancia de proteger nuestras tierra para proteger nuestro futuro. Y, sin embargo, más allá del simbolismo en las palabras, que, por cierto, para mí, lo tiene todo, hablar de «medio» ambiente es bastante desafortunado, como lo es hablar de los «recursos» que nos ofrece el Planeta.
Amante de las palabras y con una trayectoria de décadas a mi espaldas, en materia de Comunicación y «Sostenibilidad», tengo la sensación de que refiriéndonos al Planeta como «medio» ambiente que nos ofrece «recursos», seguimos instrumentalizando y capitalizando el valor de la Tierra (o del Planeta azul, si seguimos atendiendo al rigor en las palabras).
Apelo, como no puede ser de otra forma, a la conciencia y a la protección del Planeta, no como instrumento, sino como el único hogar y verdadero hogar con el que contamos, generaciones presentes y futuras.
Los ecosistemas de todo el mundo, como alerta reiteradamente la ONU, en virtud de evidencias científicas, están en grave peligro. «Desde bosques y tierras áridas hasta tierras agrícolas y lagos, los espacios naturales de los que depende la existencia de la humanidad están llegando a un punto de no retorno».
Hace falta conciencia para emprender un cambio decisivo en la mentalidad y en la forma en que nos relacionamos con el Planeta. Hace falta una regeneración narrativa y conceptual. Entendiendo la oportunidad de dejar de relacionarnos CON el «medio» ambiente, para relacionarnos DESDE la Tierra. DESDE el Planeta. DESDE el entorno natural. Porque ¿saben? Somos Tierra. Somos Agua. Somos Aire. Somos Fuego. Y esto sensiblemente lo cambia todo.
El emprendimiento de políticas de «Sostenibilidad» y/o neutralidad en nuestras acciones, hoy, es a todas luces insuficiente. No solo porque andamos en tiempo de descuento, sino porque -tomando como punto de partida la reflexión de Angel Bonet, en Empresas con alma, ¿tiene sentido «sostener» lo que ha resultado ineficiente e insostenible?
El Planeta necesita una verdadera transformación basada en la «Regeneración».
Aprender de la Tierra y sus procesos. Emprender una verdadera transformación basada en la «regeneración» ideológica; en la «regeneración» de nuestro modelo de producción y consumo; «regeneración» en el liderazgo; «regeneración» en el ecosistema y «regeneración» en definitiva para (re)crear la vida a partir de la propia vida. Regeneración en los términos propuestos por Laura Storm y que, en mi caso, adquiero en Regenerators con la mentoría de Paco Briseño y Anna Alaman.
Y este movimiento regenerativo requiere conciencia. Toda la conciencia. Contribuir al éxito de la Agenda 2030, total y radicalmente pertinente, a pesar de la beligerancia en nuestras relaciones, en nuestras posturas y el clima bélico que se extiende como la pólvora; requiere una transformación interior. O lo que es lo mismo, cultivar los denominados «objetivos de desarrollo interior«, que nos emplazan a emprender otra regeneración, esta vez, interior como verdadero revulsivo de transformación.
Hoy, 5 de junio, día mundial del «medio» Ambiente, quizá sea un buen día para emprender una reflexión regenerativa y tomar las lecciones que nos deja el Planeta. Recuerden: nuestro único hogar.